Mi vida es el deporte. Soy Leyenda. (Capítulo primero)


Soy un deportista de élite. Durante toda mi vida he hecho lo que más me ha gustado: dedicarme en cuerpo y alma al deporte. Desde muy pequeño mis padres guiaron mis pasos por una senda deportiva y sana. Con muy pocos años ya acompañaba a mis padres a los eventos deportivos y las competiciones en las que ellos, de forma ocasional, participaban. Eran grandes aficionados. Yo me fui empapando poco a poco de ese mundo, que me iba cautivando sin darme cuenta. Para mí era una forma de vida totalmente normal, es lo que conocía desde que nací. Pasé unos años detrás de mis padres, viendo como competían en una ciudad y en otra. Les acompañaba en sus entrenamientos habituales. Les veía disfrutar. Hasta que un día, con muy pocos años, participé en mi primera competición en el colegio, con todos mis compañeros. ¡Quedé cuarto!... mmm ¡un buen comienzo!, pero yo también quería una medalla, como mis amigos.

Entonces le dije a mi padre:
- Papá, yo también quiero ir contigo este fin de semana a competir, tu en la prueba de mayores y yo en la de niños, ¿qué te parece?
Mi padre me miró con asombro y una sonrisa de triunfo se dibujo en su cara.
- ¿De verdad quieres, hijo?, ¿no te importa madrugar? 
- No papá, de verdad, quiero ir y probar.

Fui a mi segunda competición de la mano de mis padres. Y quedé tercero, había conseguido mi primera medalla, y algo, en ese momento, se apoderó de mi alma, ... quería más.

Pasé la infancia compitiendo al lado de mis padres, hasta que ellos dejaron de practicar deporte para convertirse en mis consejeros, y con un gran sentimiento de orgullo y responsabilidad me acompañaban a todas y cada una de las competiciones a la que me llevaba mi club.

Primero fui campeón regional y al poco tiempo campeón nacional. Mi nuevo club, que ya me pagaba un pequeño sueldo, con el que podía permitirme unos cuantos caprichos, me tenía muy ocupado con entrenamientos diarios, concentraciones deportivas, dietas exhaustivas,  psicólogos, fisios,  gimnasio, etc ... ¿Los estudios?, bueno ...  tuve que dejarlos aparcados, con el consiguiente disgusto de mis padres. 
- Papá, es que mi entrenador dice que tengo posibilidades en los europeos, pero que necesito sacar cuatro horas más al día. Te prometo que estudiaré en vacaciones.

Participe en categoría "promesa" en un europeo y conseguí una medalla de plata, ¡mi carrera prometía!. Mi club quería más de mi, quería prepararme para el próximo mundial, en el que ya me tocaría participar en la categoría absoluta. Sería el salto definitivo. Tuve que pasar dos años sin ver prácticamente a mi familia. Mis amigos dejaron de llamarme.
- Eres un aburrido - me decían.
- No tomas copas, ni quieres fumarte un cigarrillo con nosotros - protestaban.
- ¿Te vas a casa pronto otra vez? ... pero si ahora empieza la juerga. 
Me perdí una juventud que ya nunca volverá. En fin, ya no puedo volver atrás.

Poco antes de mi participación en el mundial, mi novia se cansó de esperarme, de que me durmiera en el cine, de no poder comer una hamburguesa juntos (malditas dietas). Me quedé solo, si. Pero no me importaba, yo solo quería entrenar, ser el mejor, ganar a los mejores, hacer historia, lo demás en aquellos momentos no me importaba.

Conseguí ganar mi primer mundial. Un rayo cruzó mi cuerpo, ¡he nacido para esto!. Desde pequeño no conozco otra cosa. Mi sed de triunfo, sólo se curaba entrenando y ganando. Conseguí medalla en varios europeos y mundiales, participé en dos juegos olímpicos y en tres ocasiones conseguí medalla: una de plata y dos de oro. 


Si, soy una leyenda, he sido el mejor, todo el mundo me quería, todos aclamaban mi nombre, me pedían autógrafos, me invitaban a fiestas, a viajes, ... algunas marcas deportivas ganaron mucho dinero con mi nombre. Mi mujer, también deportista, se enamoró de mi cuando estábamos juntos en el club. Le llevó muchos años conseguir que la hiciera caso y que me fijara en ella, pero ahora somos felices y tenemos dos hijas preciosas.

¡Qué dulce sabe la vida cuando todo sale como uno quiere y hace exactamente lo que le gusta! ¿Qué más se puede pedir?

Continuará ...




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